Parte 1
Uno de los grandes reconocimientos de aptitud y competitividad que puede recibir un escritor, es el premio Nobel de Literatura. Este Premio fue creado por Alfred Nobel, y es uno de los cinco premios que desde el año 1901 se han otorgado a diferentes talentos. Desde aquel entonces se han entregado más de cien premios. El Premio Nobel de Literatura fue el cuarto de los cinco, y Alfred dijo que debería ser otorgado a la persona que haya producido la obra más sobresaliente en el campo de la literatura. La base del concurso es presentar una obra destacada en su género, obra que necesariamente deberá pasar por un proceso de crítica y selección, en el cual se emplean una serie de parámetros.
Así que, pensando en los parámetros para este concurso me pregunto ¿Podrían competir los cuarenta autores de la Biblia cristiana en este concurso? Definitivamente sí. Pero la Biblia es competente no solamente en literatura, sino en otros campos. Hoy quiero hablarles de uno de ellos, poco conocido por los cristianos y menos conocido por legos en materia religión.
LAS PÁGINAS DE LA ESCRITURA A TRAVÉS DEL TIEMPO
Si su contenido literario de la Biblia es impresionante para muchos, su formación como “Libro” entre libros es igual de impresionante, al retroceder en el tiempo y ver su formación a lo largo de treinta y cinco siglos, ver los retos que enfrentó este Libro para abrirse camino, comprender la complejidad de la escritura y los materiales de la escritura en su época inicial, observar las tormentas que ha enfrentado ante las amenazas y la persecución de los hombres, no nos queda más que suspirar profundamente exhalando admiración y preguntarnos ¿Cómo es posible que un Libro que aparentemente es inanimado, inerte, sobreviviera durante siglos, y que trascendiera el tiempo y recorriera el mundo una y otra vez? Siendo un Libro “antiguo” que es considerado por muchos obsoleto, lo más lógico ¿No sería que fuera desapareciendo gradualmente? Pero, por el contrario, en lugar de debilitarse se fortaleció en la medida que aumentaban con el tiempo sus libros que lo conforman. Hoy; en pleno siglo XXI la Biblia se encuentra de pie, no solamente frente a toda literatura con la que pudiera ser confrontada, sino frente a razas ya extintas como los mayas y los hititas, frente a ciudades que sucumbieron como Capernaum y Sodoma y Gomorra, frente a lenguajes como el copto, polabo, córnico, dálmata que se han extinto, frente a todo ellos la Biblia se yergue majestuosamente en el pedestal de lo indestructible. Ningún libro tiene parangón con ella.
Hoy quiero llevarlos por un recorrido del material de escritura. Como ella fue adaptándose a los diferentes medios de la escritura que han existido durante treinta y cinco siglos. Sabiendo que el papel de escritura que hoy conocemos se inventó hasta el año 100 dc. Y entiendo que esto no demuestra plenamente lo sobrenatural de la Biblia (si es que queremos cerrar los ojos a lo sobrenatural), pero si demuestra su singularidad. Y pienso que para alguien que desea encontrar razones naturales para confiar en ella, habrá motivos al ver los resultados de los descubrimientos arqueológicos que prueban que la Biblia es confiable y precisa en cada área en que pueden comprobarse sus declaraciones. Así que, sin más preámbulos iniciemos.
Cuando estudiamos “la escritura” en la antigüedad encontraremos aquellos materiales básicos usados ordinariamente. En la lista está (1) La piedra, (2) La arcilla, (3) El tiesto, (4) La madera, (5) El cuero, (6) El papiro, (7) La vitela. Decidí al pensar en el contenido de este artículo no entrar el tema de la fidelidad y transmisión de los manuscritos antiguos, porque es otro tópico que demanda mucho tiempo de estudio y revisión de datos, pero me di cuenta que por más que intente ignorarlo no me será totalmente posible, así que intentaré mencionarlo muy superficialmente, debido a que este tema de “la escritura antigua” con “Fidelidad de textos sagrados” va de la mano, y los hallazgos arqueológicos también son una confirmación de la veracidad de la historia que describen los textos de la Biblia hace miles y miles de años. Pero cuando rocemos el tema solo haré comentarios superficiales.
Cuando la Biblia nos dice que Dios le dio a Moisés en un monte dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios, Éxodo 31:18, y 34:1 y 28, en las cuales se escribieron el testimonio (La Ley de los diez mandamientos), podría sonar un tanto mitológico. En la mitología griega, Sísifo fue fundador y rey de Éfira, él era uno de los siete hijos de Eolo y Enareta. Este personaje fue un ejemplo de monarquía impía, y es conocido por su castigo ejemplar que consistió en empujar una piedra cuesta arriba por una montaña, antes de llegar a la cima, volvía a rodar hacia abajo la piedra, hecho que se repetía una y otra vez interminablemente, siendo frustrante para él. O el caso del mito de Medusa, quien tenía el poder de convertir en piedra a todo aquel que la mirara directamente a los ojos. ¿Podría ser la historia de Moisés y sus piedras un mito más? Definitivamente no, no puede ser fantasioso ya que esto ocurrió en una época en que la piedra era realmente uno de los materiales de escritura originales y comunes. La arqueología lo demuestra, algunas de las más antiguas inscripciones que tenemos en la actualidad fueron escritas sobre piedra, cómo el “Código de Hammurabi”, Hammurabi fue un rey de la antigua Babilonia. En esta piedra hay una inscripción que data de alrededor del 2000 antes de Cristo. También existen las inscripciones de piedra de Egipto que son anteriores al 1300 antes de Cristo. — Y en el año de 1868 se encontró en Palestina una piedra con una inscripción en lengua moabita, que además de mencionar a Mesa el rey de Moab quien se reveló contra el dominio israelita según 2ª de Reyes capítulo 3, también se lee en esta piedra el nombre de Yahvé. Para quien lo quiera verificar, la piedra moabita se encuentra en el museo de Louvre, París. Aquí es donde constatamos ambas cosas, la escritura antigua y la fidelidad de los textos hebreos en su registro histórico. Otra piedra que testifica es “La estela de Tel Dan hallada en Israel en 1993–94, su inscripción está en lengua aramea, grabada aparentemente por el encargo del rey Azael para conmemorar su victoria en Ramot de Galaad. Esto lo encontramos en 2ª de Reyes 8:28 y 29. El hallazgo y su descripción fue significativo porque se hace referencia al reino de Judá como “Casa de David”. Esta es la primera evidencia extra bíblica de que la dinastía de David reino en Jerusalén. — Por último, una referencia más (de las muchas que existen) en 1799 los soldados de Napoleón descubrieron una piedra grabada cerca de la ciudad de Roseta en el Delta del Nilo, justo al sur del mar Mediterráneo conocida como “La piedra de Roseta” este descubrimiento ayudó a resolver el misterio del sistema de escritura egipcio conocido como jeroglífico, y por consiguiente proporciona una clave para comprender gran parte de la historia y cultura egipcia registrada en monumentos antiguos. Originalmente escrita para honrar a Tolomeo V Epífanes. Esta piedra se divide en tres secciones llamadas registros, cada uno de los cuales contiene el mismo texto, pero en un sistema de escritura distinto (Jeroglífico, demótico y griego). En el momento de su descubrimiento, solo el fondo, el registro griego pudo leerse. Este describe cómo un sacerdote egipcio, en gratitud por el modo en que Ptolomeo había dotado su templo, lo declaró dios y gobernante de Egipto por siempre.
El segundo material ordinario que se usó para la escritura en la antigüedad fue “La arcilla” y fue de gran importancia para los imperios de Asiria y Babilonia. La biblioteca real de Asiria en Nínive que data del 650 ac., consistía en miles de tabletas de arcilla, la utilización de la arcilla para la escritura se remonta hasta el 3.100 antes de Cristo. Como material de escritura la arcilla era trabajada y echa flexible, y luego se utilizaba un estilo para grabar varias formas de escritura. La arcilla era entonces cocida o secada al sol, asegurándose así la inscripción para un tiempo indefinido de tiempo. Entre las reliquias valiosas que confirman este tipo de escritura está “El prisma de Taylor” se trata de un prisma de arcilla de seis caras, con una inscripción que describe el sitio de Jerusalén en manos de Senaquerib, también dice su escritura que el rey Ezequías se encontraba “Como pájaro enjaulado en la capital del reino”. El prisma de Taylor corrobora los textos de 2ª de Reyes 18-19, 2ª de Crónicas 32 y de Isaías 36-37. Actualmente la pieza se encuentra en el museo británico. Este valioso testimonio de arcilla se encontró durante las excavaciones en Nínive, ciudad mencionada en la Biblia. Los arqueólogos obtuvieron numerosos y valiosos hallazgos del mismo material. Otra excelente pieza muy valiosísima es “El cilindro de Ciro” una pieza cilíndrica de arcilla del siglo VI antes de Cristo, descubierta en el siglo XIX. Contiene una inscripción sobre el rey persa Ciro el grande. Después de conquistar Babilonia en 539 antes de Cristo, promulgó un edicto autorizando a los cautivos de esa ciudad a regresar a sus hogares y adorar a sus dioses. Este edicto aparece mencionado en un texto bíblico en Esdras 1:1-3, 6:3. (Ver también 2ª de Crónicas 36:23, Isaías 44:28). Finalmente como testimonio extrabíblico incluiremos “El poema épico de Gilgamesh” También fueron halladas en la biblioteca de Nínive un grupo de 12 tablillas que narran un poema épico sobre un rey llamado Gilgamesh. En la tablilla número XI se encontró por primera vez una referencia extra bíblica al relato que en el Tanaj se conoce como el diluvio y la construcción del arca por parte de Noé, Génesis 7 y 8. El poema identifica a Gilgamesh como el quinto rey posterior al diluvio, si bien no hay coincidencia absoluta en los relatos, la semejanza es innegable.
¿Qué nos dicen todos estos testigos de piedra? Que se cumple lo que dijo Jesucristo a los judíos celosos y rabiosos por la alabanza que le entregaban sus seguidores: Si estos callan, las piedras clamarían. Todas estas piedras claman las verdades de Dios escritas en ellas y sus ecos en el tiempo han llegado hasta nosotros.
El tercer material de escritura es el Tiesto, también conocido como “óstracon” (plural óstraca) este era un material común siendo una pieza quebrada de cerámica, podía inscribirse con una punta de metal o con tinta. Las óstracas eran útiles para notas cortas y cartas. En Atenas los votantes las usaban para escribir el nombre del ciudadano que querían enviar al exilio u ostracismo, de aquí el nombre. Estos trozos rotos de cerámica era el material de escritura generalmente utilizado por los pobres, o durante épocas de crisis en las que había apremio para encontrar un material. Un buen ejemplo de ello es la correspondencia de Laquis durante la invasión de Palestina por parte de las fuerzas babilónicas entre el 589 y el 587 a.c. Probablemente muchos de ustedes no recuerden referencias del tiesto en la Biblia. Aunque las que tenemos no lo mencionan como medio de escritura, sino que se describe sencillamente como trozos de cerámica o trozos de arcilla. El patriarca Job en medio de su dolor en su gran prueba, sentado en las cenizas tomo un tiesto para rascarse Job 2:8, el salmista compara su sed desesperante al grado de que su lengua se queda pegada al paladar de lo seca que se encuentra, igual que un tiesto seco y rígido Salmo 22:15. Y una escritura que claramente describe al tiesto como lo que es, un pedazo roto de cerámica o arcilla es Isaías 30:14.
Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo.
En cuarto lugar, tenemos como material de escritura a la madera. La madera no era utilizada para escritura con tanta frecuencia como los otros materiales debido a su poca durabilidad, ante la humedad se hinchaba, ante el sol y el aire se agrietaba y se partía desgastándose rápidamente (relativamente comparado con la piedra, la arcilla y el tiesto). Números 17:2 es un ejemplo de la madera utilizada para escritura sagrada. También Habacuc 2:2 sugiere que se utilizó la madera para escritura. Hay otros dos ejemplos, aunque no son para escribir la Palabra de Dios, pero que constatan su uso. En Lucas 1:63 dice que el sacerdote Zacarías quien había quedado mudo como castigo de su incredulidad, cuando se le preguntó el nombre que deseaba para su hijo, pidió una “tablilla” para escribir. Y en San Juan 19:19 dice que Pilato escribió un título que puso sobre la cruz, el cual decía “Jesús nazareno, rey de los judíos”. Como parte de esas ejecuciones se acostumbraba atar una tabla con el texto de la sentencia en el cuello de la victima durante su recorrido hasta el sitio de la ejecución. Después se clavaba esa tabla a la cruz de la víctima.
En quinto lugar, tenemos el cuero. Este material revolucionó el beneficio de la escritura en muchos sentidos, uno de ellos, la comodidad de traslado, la facilidad de almacenamiento, la ligereza para enviarlo, y la escritura misma. En diferentes sentidos un material más avanzado que los ya mencionados, aunque su uso data de fecha temprana. E.C. Richardson escribió: La utilización de pieles preparadas para la escritura en un lado (piel), fue temprano y general, remontándose al menos a la IV dinastía de Egipto. Los anales de Tutmose II en Palestina fueron escritos en rollos de cuero. William LaSor dice que el cuero fue ciertamente utilizado como material para la escritura desde el siglo XX ac. y hasta el tiempo de la invención de la imprenta mediante tipos móviles. Miller data su origen alrededor del 2900 o 2750 ac. Los judíos utilizaban el cuero principalmente como material de escritura para la transmisión del Antiguo Testamento, es probable que Moisés inscribiera las primeras palabras de la Ley de Dios sobre hojas de cuero. El rollo del libro de Isaías hallado en las cuevas de Qumram está hecho de cuero con tinta negra. Pero no debemos de equivocarnos al pensar que estamos hablando del pergamino que es un material de mayor calidad, por decirlo sencillamente, un cuero más fino, preparado para su escritura en ambos lados. Pero de este hablaré a mayor profundidad en el próximo artículo.
Por el momento, llegaremos hasta aquí, habiendo conocido el uso de estos cinco materiales para la escritura antigua. En el próximo artículo nos dedicaremos a estudiar los últimos dos materiales que son el papiro y el pergamino o vitela, ya que de ellos tenemos mucha más información que los anteriores, ya que fue en ellos en donde se escribió la mayor cantidad de escritos sagrados durante más tiempo. Espero que hayan disfrutado este artículo y por favor no olviden dejar su comentario en esta sección.
¡Es un honor poder servir a los hijos de Dios hermano! Bendiciones.