¿Cómo confiar en un libro tan antiguo? Parte 3

Home »  ¿Cómo confiar en un libro tan antiguo? Parte 3

LA PRUEBA DE LA EVIDENCIA EXTERNA

Parte 3

El Outfit de Chicago es un sindicato italoestadounidense de crimen organizado, su base se encuentra en Chicago Illinois, e inicia a principios del siglo XX en la década de 1910. Y su poder creció en los 20s bajo el control del famoso gánster Al Capone y de Johnny Torrio. Durante esta época conocida políticamente como “La prohibición” las sangrientas guerras de bandas por el control de la distribución ilegal de alcohol mantuvo aterrada a la ciudad. Y en la década de 1970 existía en este sindicato un mafioso de Chicago quién era uno de los más temidos ejecutores, Harry “The Hook” Alemán, quien también fue famoso por ser la única persona en Estados Unidos absuelto de un asesinato al comprar al juez por la cantidad de diez mil dólares, para liberar a Alemán durante un juicio sin jurado. Los fiscales querían desesperadamente mandar a Alemán a la cárcel por una de las ejecuciones a sangre fría que, según sus sospechas, había llevado a cabo en nombre de sus jefes. Por supuesto que el problema era encontrar a alguien dispuesto a declarar en contra de un gánster de la reputación aterradora de Alemán. Entonces les llegó una oportunidad; uno de los antiguos compinches de Alemán, Luis Almeida, fue arrestado mientras se dirigía a asesinar a un sindicalista en Pensilvania. Al ser interrogado, investigado y hallado culpable de los cargos de portar armas y condenado a una década en la cárcel, Almeida aceptó declarar en contra de Alemán en el caso no resuelto de la muerte de un dependiente del negocio “Teamster Unión de Chicago” a cambio de que los fiscales accedieran a ser indulgentes con Almeida. El testimonio de Almeida era importante en este juicio, sin embargo, se requería algo más, algo externo para reforzar su testimonio, y así asegurar la condena. Por lo que salieron a buscar a alguien que corroborara el relato de Almeida.

El diccionario define corroborar: Confirmar la razón, el argumento o la opinión con nuevos raciocinios o mayores datos. La prueba corroborativa respalda otro testimonio, afirma o apuntala los elementos esenciales del relato del testigo ocular. Por parte de una segunda o tercera persona se puede verificar la totalidad del testimonio de una persona o solo ciertas partes claves. Una analogía espectacular de lo que es una “prueba corroborativa” la explica Lee Strobel diciendo que la prueba corroborativa es como los cables de acero que mantienen una antena alta, derecha e inmóvil, cuánta más evidencia corroborativa exista (más cables deteniendo la antena) más fuerte y más seguro será el caso. Pero… ¿Dónde encontraron los fiscales la corroboración de la historia de Almeida? Pues… de una fuente sorpresa, un ciudadano tranquilo y respetuoso de la ley llamado Bobby Lobby. Él les dijo a los investigadores que él se encontraba caminando con su perro cuando vio a Alemán asesinar al dependiente del negocio. A pesar de la fama aterradora de Alemán, Bobby decidió respaldar el relato de Almeida declarando en contra del gánster. Y aunque el soborno de Almeida con el juez hizo que se le declarara inocente y le permitió salir en libertad. La verdad fue revelada años después, aunque pasó mucho tiempo y se llevó un segundo juicio en el que finalmente 25 años después del homicidio Alemán fue hallado culpable y condenado de 100 a 300 años de cárcel.

Esto no hubiera sido posible sin la evidencia corroborativa, una evidencia que confirma que la declaración inicial o principal es verídica. Lee Strobel le llama a esta evidencia corroborativa, mientras que el autor Josh McDowell le llama la evidencia externa, pero ambos se refieren exactamente a lo mismo, a aquella evidencia que no está dentro del documento mismo, si no fuera de él y confirma, respalda, y avala lo que el documento dice, probando así que su contenido es verdadero.

Aunque el caso del gánster Harry Alemán es muy ilustrativo para este artículo (extraído parcialmente del Caso de Cristo), me gustaría dar un segundo ejemplo, para traer la importancia de esta evidencia a un nivel mucho más comprensible.

Imaginemos que usted llega a una mansión muy grande con 15 recámaras, sala, cocina y comedor muy amplios, cientos de metros de jardín y que ha estado esta mansión abandonada por 5 años. Usted llega allí porque es su propiedad. Una vez instalado al poco tiempo aparece una familia reclamando que ellos son los dueños de esa mansión. Mientras que usted asegura y defiende que no, que esa mansión es su propiedad. Pero sucede que ambos tienen documentos que los respaldan cómo propietarios. Evidentemente, uno de los dos títulos de propiedad tiene que ser falso. Así que se inicia una investigación para saber cuál de los dos documentos es falso y cuál verdadero. Si ambos documentos tienen el nombre del “supuesto” propietario, una de las cosas que hay que hacer es recurrir a la evidencia externa para probar quién de los dos es el verdadero dueño, y en la investigación podemos recurrir a documentos (evidencia externa al título de propiedad) cómo recibos de pago de la luz, recibos de pago de teléfono, recibos de pago de impuesto predial, esos documentos externos al título de propiedad de la casa son una excelente evidencia para respaldar el contenido del título de propiedad verdadero. Así es cómo funciona la evidencia externa.

Así que nuevamente tenemos ante nosotros la pregunta del millón, siendo que la Biblia es un documento con un mínimo de 1900 años de antigüedad, un documento extremadamente distante, ¿Eso lo convierte en un documento dudoso del cual no deberíamos de fiarnos en su contenido? Y su antigüedad ¿Lo hace vulnerable y riesgoso a tal grado de que lo más seguro es que se haya cambiado el contenido y se hayan escrito mentiras en él? Pues los historiadores tienen tres formas de demostrar la confiabilidad de documentos antiguos, 3 pruebas que son la prueba bibliográfica, la prueba de la evidencia interna, y la prueba de la evidencia externa. En los dos artículos anteriores ya estudiamos las primeras dos pruebas, en este artículo iniciamos el estudio de la prueba de la evidencia externa. Existen dos tipos de evidencias externas que confirman la confiabilidad de la Biblia como un manuscrito antiguo. Evidencias de documentos y evidencias arqueológicas. Por lo amplio del tema no podremos abarcar ambas evidencias, así que iniciamos con las evidencias de documentos extrabíblicos.

El Nuevo Testamento dice que Jesús fue un hombre sabio, dice que Jesús hizo milagros, dice que fue crucificado por el gobierno romano, dice que Jesús atrajo muchos seguidores, que todos estos seguidores lo aceptaron como el Mesías, y que sus seguidores se multiplicaron y extendieron por el mundo conocido de aquellos días y que adoraban a Jesús como Dios. Todo esto dice el Nuevo Testamento, pero… ¿Tales cosas fueron inventadas por los escritores de la Biblia? o ¿Estás historias se pueden corroborar con documentos que no son religiosos ni cristianos… con documentos extrabíblicos? Efectivamente; se puede corroborar esta información escrita en la Biblia. Comencemos con un documento extrabíblico tan antiguo como la misma Biblia, un documento escrito por el historiador judío Flavio Josefo.

Flavio Josefo

El testimonio de Josefo pudiera ser uno de los más preponderantes como evidencia externa. Hablamos de un judío que de cierta manera puede considerarse un traidor, ya que se pasó al bando enemigo, el bando de los romanos. En su autobiografía defendió su comportamiento en la guerra judeo-romana que ocurrió desde el año 66 al 74. Josefo se rindió al general romano Vespasiano durante el sitio de Jotapata, a pesar de que muchos de sus compañeros se suicidaron antes de rendirse. Así que él tenía el desprecio total de sus hermanos judíos por su colaboración con los odiados romanos. Entre sus obras literarias se encuentra “Antigüedades”, en la cual hace referencia a Santiago el hermano de Jesús, y al propio Jesús, aquí tenemos el primer ejemplo de corroboración de Jesús fuera de los evangelios. Y también menciona algunos personajes bíblicos, describe como un sumo sacerdote llamado Ananías se aprovechó de la muerte del gobernador romano Festo, (que también se menciona en el Nuevo Testamento) para matar a Santiago. El documento dice:

Convocó a una reunión del sanedrín y trajo ante él a un hombre llamado Santiago, el hermano de Jesús, llamado el Cristo, y a otros más. Los acusó de haber transgredido la ley y los entregó para hacer apedreados.

Y en los escritos de Josefo existe uno que se conoce como “El testimonio Flaviano”, en el cual se encuentra una sección amplia sobre Jesús, y este pasaje es uno de los más disputados en la literatura antigua, porque en su superficie parece proveer una corroboración contundente de la vida, los milagros, la muerte y la resurrección de Jesús, sin embargo, con mucha frecuencia se menciona que tal sección fue alterada con el paso de los años por partidarios de Jesús. En una entrevista que le hace Lee Strobel al doctor Edwin Yamauchi (quién tiene un grado de bachillerato en hebreo y helenística, y recibió una maestría y un doctorado en estudios mediterráneos de Brandeis University) le pregunta ¿Qué piensa él sobre el testimonio Flaviano, si acaso fue o no interpolado? Para comprender la respuesta, primero veamos que dice el testimonio Flaviano.

En aquel tiempo vivió Jesús un hombre sabio, si en verdad uno debe llamarlo hombre. Por cuánto fue alguien que llevó a cabo obras sorprendentes y maestro de aquellos que aceptan la verdad con gusto. Ganó a muchos judíos y a muchos de los griegos, era el Cristo cuando Pilato luego de haber escuchado las acusaciones en su contra por parte de hombres en eminencia de entre nosotros lo condenó a ser crucificado. Aquellos que en principio lo habían amado no renunciaron a su afecto por él. Al tercer día se les apareció restaurado a la vida por cuánto los profetas de Dios habían profetizado esto y muchas otras maravillas acerca de él y la tribu de cristianos que de Él toman su nombre hasta este día no ha desaparecido.

Su respuesta del doctor Yamauchi es increíblemente sorprendente, yo personalmente antes de leer la respuesta pensé que iba a negar que el testimonio Flaviano hubiera sido alterado y nos iba a decir porqué. Sin embargo, el Dr. Yamauchi acepta que el testimonio Flaviano fue alterado y su explicación es la siguiente.

YAMAUCHI. Hoy en día hay un notable consenso entre los eruditos judíos y cristianos de que el pasaje completo es auténtico, aunque puede haber algunas interpolaciones.

LEE STROBEL. Interpolaciones… ¿Podría precisar qué quiere decir?

YAMAUCHI. Significa que los copistas cristianos primitivos insertaron algunas frases que un escritor judío como Josefo no hubiera escrito. Por ejemplo, la primera línea dice en este tiempo vivió Jesús un hombre sabio, esa frase no la utilizan normalmente los cristianos para referirse a Jesús por lo que parece autentica de Josefo. Pero la frase siguiente dice si en verdad uno debe llamarlo hombre, esto implica que Jesús era más que humano, lo cual parece ser una interpolación.

Por cuánto fue alguien que llevó a cabo obras sorprendentes y maestro de aquellos que aceptan la verdad con gusto. Ganó a muchos judíos y a muchos de los griegos, esto parece concordar con el vocabulario que Josefo utiliza en sus escritos y en general se le considera auténtico.

Pero luego viene está declaración inequívoca era el Cristo, parece ser una interpolación, porque Josefo en su referencia a Santiago dice que era llamado el Cristo. Es poco probable que Josefo hubiera dicho llanamente que Jesús era el Mesías en este punto, cuando en otras instancias simplemente había dicho que sus seguidores lo consideraban el Mesías.

La siguiente parte del pasaje que habla del juicio de Jesús y de su crucifixión y del hecho de que sus seguidores aún lo amaban, no es nada excepcional y se le considera genuina. Luego aparece esta frase al tercer día se les apareció restaurado a la vida. De nuevo esta es una afirmación clara de la creencia en la resurrección, y por lo tanto es poco probable que Josefo la haya escrito. Entonces estos tres elementos parecen ser interpolaciones.

LEE STROBEL. ¿Cuál es su conclusión?

YAMAUCHI. Que es probable que el pasaje de Josefo originalmente fue escrito acerca de Jesús, aunque sin esos tres puntos que mencioné. Sin embargo, aun así, Josefo corrobora información importante sobre Jesús, que fue el líder martirizado de la iglesia de Jerusalén, y que era un maestro sabio que estableció un grupo amplio y duradero de seguidores, a pesar del hecho de que fue crucificado bajo el gobierno de Pilato por instigación de algunos de los líderes judíos. —– Fin de la cita.

La Mishná y el Talmud.

Con la caída de Jerusalén en el año 70 y la posterior expulsión de los judíos de la ciudad, los dirigentes religiosos empezaron a temer que se perdiesen muchas de las tradiciones orales de la nación, y las interpretaciones rabínicas de la Ley. Como consecuencia, varios de los rabinos se dedicaron a clasificar y poner por escrito el cuerpo de enseñanzas de los años anteriores. Mishná es el nombre dado a esta codificación de la jurisprudencia religiosa de los judíos. Representa la tradición de los ancianos que había sido transmitida oralmente de generación en generación, su redacción fue acabada más o menos en el año 200. El Talmud está compuesto por la Mishná juntamente con los comentarios añadidos a ella por los rabinos de las escuelas de Jerusalén o Babilonia. El Talmud de Jerusalén data del año 300, el de Babilonia del 500, puesto que la Mishná es un código de leyes y el Talmud una serie de comentarios legales, no debemos esperar encontrar en ellos muchas referencias ni de Jesús, ni del evangelio, pero hay algunas interesantes. El Dr. Bruce las resume de esta manera

Según aquellos rabinos cuyas opiniones están registradas en estos escritos, Jesús de Nazaret, un transgresor de Israel que practicaba la magia, se burlaba de las enseñanzas de los entendidos, encaminó erróneamente al pueblo, y dijo que no había venido para destruir la Ley sino para ampliarla (Mateo 5:17), fue colgado en la víspera de la Pascua por herejía y por pervertir a la gente. Sus discípulos curaban a los enfermos en su Nombre y se menciona cinco de ellos.

Estás referencias confirman.

  1. La crucifixión de Jesús. Colgado es la manera hebrea de indicar crucifixión, tal y como vemos en Gálatas 3:13, maldito todo el que es colgado en un madero.

 

  1. La acusación de los enemigos de Jesús en cuanto a su interpretación de la ley. Cuando afirman que Cristo había dicho que no había venido para abrogar la ley sino para añadir a ella, podemos reconocer que no corresponde exactamente a las palabras de Jesús registradas en Mateo 5:17, sino a una interpretación malévola de la enseñanza del sermón del monte.

 

  1. El elemento milagroso del ministerio de Cristo y los apóstoles. Es de observar que las autoridades judías nunca cuestionaron los milagros de Jesús, y sus palabras registradas en el Nuevo Testamento, y en sus propios escritos, en ambos casos los atribuyeron a poderes satánicos. Es decir, discrepaban del Nuevo Testamento en cuanto a la interpretación de los hechos, tal como el mismo Nuevo Testamento lo admite, pero no dudan de los hechos. Así que, aquí tenemos una buena evidencia a favor de la historicidad de los milagros.

 

Y otros detalles del Talmud indican que Jesús era llamado Ben-Pantera por los rabinos. Probablemente este nombre es una corrupción del griego “parthenos” y confirma que popularmente Jesús era conocido como “El hijo de la virgen”. Los rabinos hacen también un torpe juego de palabras con la idea del evangelio, hacen que el griego “evangelion” se parezca al hebreo “awon-gillayon” pecado de la tableta. Aunque es un detalle sin gran trascendencia, al menos es un testimonio objetivo de la existencia entre los cristianos del primer siglo, de un cuerpo de enseñanza llamada evangelio.

Thallus.

libros escritos en griego Koiné sobre “El mundo mediterráneo”. Y aunque “La historia de Grecia” escrito en el 52 dc, es una obra perdida para nosotros, fue mencionada por Julio el Africano en el año 221. El carácter despectivo de la referencia nos asegura que es verídica. Se trata de la oscuridad que cubrió la tierra en el momento de la crucifixión de Jesús, por cierto, uno de los detalles del evangelio que más dudas ha provocado en occidente, como se ve en un pasaje notoriamente escéptico del Gran historiador de la ilustración Edward Gibbon, en su “La grandeza y declive del imperio romano”. Así dice Julio.

En el libro tercero de sus relatos Thallus explica esa oscuridad, diciendo que fue producida por un eclipse solar y lo hace sin ninguna clase de razonamientos.

Tal y como dice Maurice Goguel, aquí tenemos dos hechos de gran importancia: (a) que a mediados del siglo primero ya era conocida la tradición del evangelio, o por lo menos la narración tradicional de la pasión en los círculos de Roma que no eran cristianos, y (b) que los enemigos del cristianismo pretenden destruir la tradición cristiana formulando una interpretación natural de los hechos que contiene.

 

Informes de Pilato.

Esta obra desaparecida es el informe que Pilato escribió a Roma sobre la crucifixión de Jesús. Sabemos, sin embargo, de la existencia de este informe porque Justino Mártir en su “Defensa del cristianismo” dirigida al emperador Antonino Pío (aproximadamente en el año 150), él describe la crucifixión de Jesús y luego añade….

Estas cosas fueron así, el que desee puede aprenderlas de las actas que se levantaron bajo Poncio Pilato.

Más adelante dice algo parecido en torno a los milagros de Jesús.

De que Él realizó tales milagros podéis saberlo leyendo las actas de Pilato.

Justino estaba persuadido de que en los archivos imperiales de mediados del siglo II existían documentos procedentes de Palestina en tiempos de Pilato, los cuales confirmarían sus argumentos.

Mara Bar-Serapión.

Allá por el año 73 dc. un sirio llamado Mara Bar-Serapión escribió desde la cárcel una carta a su hijo en la que describe lo que ocurre con las naciones que sacrifican a sus hijos ilustres. Concretamente cita los casos de Sócrates, Pitágoras, y Jesucristo, y en el caso de este último afirma que la caída de Jerusalén en el año 70 fue el castigo de Dios sobre los judíos por haber crucificado a su Rey. Desde luego, Mara Bar-Serapión no era cristiano, pero el reconoce la perseverancia de los cristianos en la frase con la cual concluye su tesis.

Y tampoco este Rey sabio murió para siempre, porque él sigue viviendo por medio de la enseñanza que él había dado.

Sus palabras nos indican que, ya en la segunda mitad del primer siglo, Jesucristo era considerado por ciertos sectores del mundo gentil como un gran maestro de la talla de Sócrates, que su muerte era conocida como un hecho histórico y que la iglesia promulgaba sus enseñanzas.

Suetonio.

Los grandes historiadores imperiales de los primeros siglos apenas hacen mención del cristianismo, debido a que aún había penetrado poco en los círculos más aristocráticos de Roma, y era considerado algo del vulgo, una superstición digna solo del populacho. Cómo había dicho Pablo a los Corintios.

1ª Corintios 1:26-28 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios,  para avergonzar a los sabios;  y lo débil del mundo escogió Dios,  para avergonzar a lo fuerte;  y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,

Lo poco que dicen, sin embargo, viene a confirmar la narración bíblica, no a perjudicarla. Así pues, Suetonio en su “Vida de Claudio” (del 120 después de Cristo aproximadamente) habla de las malas cosechas habidas en el reinado de Claudio, lo cual confirma un detalle de la narración de Lucas, Hechos 11:28. Además, Suetonio describe la expulsión de los judíos de Roma, que también es mencionada en Hechos 18:2, entre los expulsados se encontraban Aquila y Priscila. Lo curioso es que según Suetonio la expulsión vino como consecuencia de una revuelta entre los judíos por la instigación de un tal “Chrestus”.

Como los judíos continuaran produciendo desórdenes, instigados por Chrestus, él los expulsó de Roma.

Todo hace pensar que el historiador no conocía bien los detalles, y que en realidad se trataba de un alboroto causado por la confrontación entre los judíos que habían abrazado el evangelio y los que se oponían a Cristo (Chrestus).

Tácito.

En su historia de “La Roma imperial” (del 115 dc. Aproximadamente) Tácito hace mención de varios personajes destacados de la ciudad que fueron castigados por asociarse con una superstición extranjera. Por ejemplo, Pomponia Graecina, esposa de un general que participó en la subyugación de Gran Bretaña en el 57 dc. Aunque no se puede demostrar de una manera absoluta, muchos creen que la superstición en cuestión era el cristianismo, esto viene a confirmar lo que dice Pablo en Filipenses 1:13 escrito en el 60 dc. aproximadamente, que el evangelio ya había penetrado los círculos altos de Roma.

Explícitamente Tácito menciona a los cristianos en torno al gran incendio de Roma. Nerón presionado porque se hacía cada vez más claro que él mismo había causado el incendio, hizo de los cristianos el chivo expiatorio.

Por consiguiente, Nerón con el propósito de esquivar el rumor, declaro culpables, y castigó empleando los mayores refinamientos de crueldad a una clase de hombres a quienes el populacho denominaba cristianos y que eran aborrecidos por sus vicios. Cristus, de quién derivaban el apelativo, había sido ejecutado por sentencia del procurador Poncio Pilato cuando Tiberio era emperador. La superstición perniciosa quedó detenida por un tiempo, pero para estallar más estrepitosamente, no solamente en Judea, su lugar de origen, sino en la misma Roma también, donde se agolpan todas las cosas horribles y vergonzosas del mundo y donde encuentran albergue.

Obviamente, la cita, aunque declara que los cristianos eran inocentes del incendio, demuestra una actitud incrédula y hostil hacia el cristianismo, pero establece que un historiador secular de gran prestigio, que escribía a principios del siglo segundo, aceptaba como un hecho incontrovertible la muerte de Cristo bajo Poncio Pilato.

Plinio el Joven.

En el año 112 dc. Plinio el Joven, gobernador de Bitinia, escribió una carta al emperador Trajano en la cual pide consejos sobre cómo tratar a los cristianos que proliferaban en su provincia. En medio de la carta hace una descripción de sus cultos, según evidencias conseguidas mediante la tortura de algunos cristianos.

Tenia la costumbre de reunirse en un día determinado antes del alba, cuando cantaban el himno a Cristo como Dios y se comprometían por juramento (literalmente por sacramento) a no cometer ningún acto malo, sino a abstenerse de todo fraude, hurto, y adulterio, a no quebrantar su palabra ni negar su confianza cuando debían honrarla, después de lo cual era su costumbre separarse y volverse a encontrar para comer juntos.

Aunque está cita arroja poca luz sobre el Nuevo Testamento, confirma que a principios del siglo segundo la iglesia había crecido mucho en Asia menor, que los cristianos practicaban una ética sana y noble, y que enseñaban la divinidad de Cristo.

Existe otro tipo de literatura extra bíblica que podríamos agregar como evidencia externa o corroborativa, y que sobrepasa en abundancia a los documentos aquí citados, pero no la quise incluir, ya que es de autoría cristiana, estoy hablando de literatura patrística. Tenemos muchas citas, epístolas, libros y debates de documentos que son totalmente extra bíblicos y corroboran un raudal de información bíblica. Pero sé muy bien que, si la incluyo, no faltará quien piense que sería muy lógico que los cristianos hablen bien de su Biblia y que de una o de otra forma quieran respaldar su contenido. Así que no la incluiré aquí, pero, que se sepa qué, tales documentos analizados desde otro ángulo aportan un enorme peso de evidencia sobre el contenido de la Biblia como documento histórico.

Hasta aquí dejaremos este artículo; y en el próximo estaremos hablando de la evidencia externa arqueológica, espero que lo hayan disfrutado. 

Dios les Bendiga

error: Content is protected !!
Abrir chat
1
!Contactanos!
Gracias por contactar a Énfasis en la Verdad. En la brevedad posible la administradora te atenderá. También nos puedes escribir a enfasisenlaverdad@outlook.com Muchas gracias y que Dios te bendiga.